Acogiendo la invitación del papa Francisco a ser parte de una Iglesia en salida, experimentamos la llamada a ponernos en camino, vamos buscando el Querer de Dios y por eso nos movilizamos hasta el departamento Madre de Dios, (vicariato Apostólico de Puerto Maldonado), donde los dominicos hacen presencia hace más de cien años. Con Mons. David Martínez-de-Aguirre Guinea, OP, nos desplazamos desde Cusco a Villa Salvación, de allí a Shintuya y a Diamante, donde encontramos comunidades campesinas y nativas en asentamientos rurales.
En estas poblaciones de la Amazonía peruana, repletas de belleza, se experimenta la importancia de la educación como plataforma que hace posible la transformación.
Agradecemos el encuentro con estos pueblos portadores de una cultura milenaria, cosmovisiones repletas de sabiduría y profundidad, calidez humana y capacidad de acogida y prácticas que impulsan al buen vivir y al reconocimiento de la sacralidad de todo lo creado.