La CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, dependiente de Naciones Unidas) acaba de publicar un interesante estudio que nos sirve para ilustrar y comparar diversas situaciones entre países de nuestra región. El estudio lleva por título “Panorama Social de América Latina 2014”. El estudio quiere “contribuir a un diseño más integral de las políticas públicas para superar la pobreza y la desigualdad socioeconómica”.
Algunas conclusiones valiosas de este estudio aplicadas al caso de Nicaragua se presentan a continuación:
Pobreza e indigencia en América Latina: Nicaragua es el segundo país con más pobres (58.3%) e indigentes (29.5%), sólo superado en ambos casos por Honduras (69.2% y 45.6%). Ambos países presentan datos de 2012, y no existen datos de 2013.
Pobreza multidimensional en América Latina: Nicaragua presenta los peores datos de toda América Latina, con un 74% de personas pobres multidimensionales. Si se desglosan los datos según zona de residencia (rural o urbana), resulta que el 94% de los pobladores de áreas rurales de Nicaragua están en situación de pobreza multidimensional, por un 59% en las áreas urbanas. Ver aquí qué es la pobreza multidimensional. La pobreza multidimensional se ha reducido en Nicaragua en 5 puntos, pasando de 79% en 2005 a 74% en 2012 (aunque el dato ofrecido por Nicaragua es de 2009).
El gasto público social en Nicaragua es muy insuficiente. Aunque ha crecido en los últimos años, sigue por debajo del 15% del PIB y muy lejos de los países con más gasto público social, encabezados por Cuba (más del 40% del PIB), Brasil y Argentina (con más del 25% del PIB).
Inversión social en jóvenes: Nicaragua es el país con más jóvenes de América Latina, con un 30.2% de su población joven (igual que El Salvador). Sin embargo la inversión social en jóvenes es bajísima, sólo de un 1.4% del PIB y muy por debajo de la media latinoamericana, de un 2.6%.
Educación: en Nicaragua, el porcentaje de jóvenes de 15 a 19 años que concluyeron la educación primaria es del 73%, (este dato solo es peor en el caso de Guatemala, con un 62%), y está muy por debajo del promedio regional, que es del 94%.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Panorama Social de América Latina, 2014, (LC/G.2635-P), Santiago de Chile, 2014.
Estos datos deben hacer reflexionar a todos sobre la situación real que se vive en Nicaragua: pobladores/as, familias, organizaciones de la sociedad civil, gobierno e instituciones, empresas, etc. Resultan obvios los vínculos entre desarrollo y gasto social, sobre todo en educación, por lo que es fácil ver hacia dónde deben orientarse los esfuerzos de toda la sociedad. “La educación es fundamental para que las personas cuenten con las competencias necesarias para participar adecuadamente en la vida productiva y social. En consecuencia, las carencias educativas constituyen firmes obstáculos para escapar de la pobreza y contribuyen a su reproducción”, comenta el estudio.
La pobreza y el subdesarrollo nada tienen que ver con la genética o con la posición geográfica, o incluso con la cantidad de recursos naturales de que se disfrute. Son, más bien, cuestiones de mente y voluntad.