En los días 1 al 4 de octubre tuvo lugar en Manila (Filipinas), la reunión internacional que cada 4 años reúne a la FIAMC (Federación Internacional de las Asociaciones Médicas Católicas) y a la que fui invitada, ya que vengo participando desde hace tiempo a las reuniones de los Ginecólogos católicos en Barcelona.
Este año el tema era “The Catholic Doctor in an Era of Secularization and Technology” (El médico católico en la era de la secularización y de la tecnología). Se tocaron con gran competencia y profesionalidad las situaciones que plantea la aplicación de las tecnologías modernas y los retos de algunas de ellas para el médico católico.
Emocionante el testimonio de los médicos que viven y trabajan en países donde el cristiano no puede manifestarse, y donde el no cumplimiento estricto de la ley del país, en contradicción con la fe católica, no les permite la objeción y les obliga a dejar el trabajo y tener que emigrar a otros países.
Las reuniones eran auspiciadas por el Pontificio Consejo de Pastoral de Salud, con la presencia del Prefecto y Secretario General.
Este Consejo acuerda 8 medallas del “Buen Samaritano”, a 8 miembros de diferentes países, a propuesta de la FIAMC. Mi nombre sonó en la Sala y entre que me cogió totalmente desprevenida y mi nombre era pronunciado en inglés, “Paylaer” (Pilar) yo no me enteraba... reaccioné emocionada, pues nunca me podía esperar algo semejante y totalmente inmerecido.
El nombre y la imagen de la medalla “Buen Samaritano” me encantan, y la brindo a la Compañía de María, pero sobre todo, ella supone para mí una “interpelación” a reproducir esa imagen tan bonita y convocante del Hombre que carga con su prójimo, le tiende la mano y le carga sobre sí, le cura y se responsabiliza de él... a la vuelta te pagaré si ha generado otros gastos. Y añade el Evangelio: va tu también y haz lo mismo. Esto nos toca a todas.
Al final del congreso he podido compartir 3 días con nuestra comunidad de Manila: dos profesas, una filipina y una española, 3 junioras vietnamitas de las cuales una esperaba el visado para venir a Burdeos y traducir los documentos odn, a la lengua vietnamita y una aspirante, vietnamita también, a seguir al Señor Jesús en la Compañía de María. Una experiencia reconfortante al constatar como el camino de Dios para la Compañía tiene múltiples vías cara al futuro.
Mª Pilar Núñez-Cubero, odn: Ginecóloga. Profesora de Bioética en la Universidad Ramon Llull, en la Pontificia de Comillas en Madrid, y otras Universidades. Miembro del Grupo de reflexión Bioética de la COMECE (2006-2014) en Bruselas, y relatora de la opinión de este Comité sobre la Mejora Humana “Human Enhancement” en el Parlamento Europeo (Abril 2012). |
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