Ubicadas en el sur de Colombia, en la Comunidad de San Ignacio, Pasto, y motivadas por el deseo de hacer algo más que nuestra oración por el planeta y para reparar en algo, sobre todo desde lo simbólico, los desastres en la Amazonía, decidimos organizarnos para concientizar a los jóvenes con los que trabajamos los programas de la Casa del Joven y de Arte Humanismo Espiritualidad.
En coordinación con la Secretaría de Medio Ambiente de la Alcaldía de Pasto, sembramos 500 árboles de especies nativas de la región, uniéndonos de esta manera a la campaña de la siembra de un millón de árboles por la vida.
Fue a la vez una experiencia espiritual y ecológica. Antes de disponernos a sembrar los árboles, realizamos un ritual para pedir perdón a nuestra Madre Tierra por las veces que la maltratamos. Dimos gracias por tanto bien recibido de su abundancia generosa.