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Algo sobre el destino y las oportunidades

Provincia de España

Hacia el año 2000 mis papás tomaron la hermosa e inteligente decisión de elegir una escuela para que yo pudiera educarme, no solo académicamente, sino también, y sobre todo, humanamente. Sin darse cuenta de cómo una simple frase como lo es “tender la mano a los hermanos”, iba a impactar tanto en mi vida a los 22 años de edad. En 2017, a 3 años de comenzar la carrera de abogacía, tuve que tomar la difícil decisión de continuar en el viejo plan de estudios, o cambiarme al nuevo para obtener una mejor preparación, pero que implicaba volver a comenzar. No sé cómo ni cuándo fue que decidí volver a primero; con miedos, arrepentimientos, temores, pero que gracias a esa decisión, tuve el placer de poder participar del “V Encuentro Internacional de AHE”. El deslumbrante equipo organizador nos preguntó en qué podíamos colaborar, yo di varias opciones y sugerencias; y ellas decidieron pedirme brindar un “taller de reciclaje”.

Se nos ocurrió realizar un calefón solar con materiales reciclables, para la ducha. Una ducha… algo que gracias a las condiciones en las que nací, puedo darme el lujo de ir al baño, abrir el grifo y tomarla y disfrutarla, pero que, al menos en Argentina, aproximadamente un 40% de ciudadanos no pueden tomarla. La presentación de “Ducha de sol” en Loyola, la cuna del humanismo y el amor al prójimo, fue solo el comienzo.

Al regresar a Argentina, me encontré con un concurso a nivel Nacional, de innovación social. Me inscribí. Viajé a Salta, con dos botellas plásticas bajo el brazo, y mi pasión por lo social. Pasé a la final del concurso, donde hablé a corazón abierto delante de ministros, representantes de empresas y ONGs del país. Obtuve el primer lugar en el concurso, entre 560 proyectos.

Voy a estar inmensamente agradecida a la Compañía de María, por ayudarme a crecer con este optimismo, y este amor no solo hacia mi país, sino hacia las personas, porque, como nos dijeron en Loyola cuando hablamos de cómo viven hoy los Marroquíes, “para sobrevivir en este trabajo hay que estar enamorados y enraizados”.

Ana Gimenez Pozzoli.