Compartimos nuestra alegría de empezar el noviciado, Emilia Beatriz Godoy Espinoza – paraguaya, Carolina Rivarola Núñez – paraguaya, Ángela Daniela López Citely – colombiana y Leticia Torres Chablé - mexicana. Nos sentimos agradecidas por el sí de otras que hacen posible vivir esta etapa en Cuba.

El 2 de febrero celebramos la Eucaristía en la que la diversidad es riqueza que va tejiendo nuestra hermandad. De la homilía, nos resuena fuertemente el sentido de abrirnos a un noviciado diferente, de desinstalarnos, además que la formación no la beberemos solamente de la Compañía de María sino de otras congregaciones. Como dice en el Evangelio, Jesús fue contradicción, hoy nosotras también somos contradicción por la opción de seguirlo en la Vida Consagrada. Recordar que María nuestra Señora es compañera de camino que nos anima y enseña a vivir en radicalidad y transparencia.

El día 3 de febrero, en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, participamos de la gran fiesta de la Vida Consagrada, donde confirmamos que es posible vivir en fraternidad.

Queremos agradecer a la Compañía universal su cercanía y oración, que fortalece y anima nuestra vida.