“Sembrar café” es una tarea “espiritual”

Bernardo Toro, testigo: su vida habló por sí sola.

Noviembre 2015 | Luz Eugenia Vallejo Villa, odn (Colombia) | Experiências

Campesino de Cristales, en sus 93 años, nunca vivió en otro lugar. Casado con Teresa, con quien levantó una familia de 13 hijos, en una tradicional casa campesina con huerta casera y gallinas para el gasto.

En su único año de escuela aprendió a leer y escribir y luego en su vida de trabajador, de líder comunitario, de cristiano comprometido, cultivó su inteligencia espiritual hasta hacerse ese testigo de los valores del Reino que todos descubrimos, admiramos y aprendimos de él.

Los Grupos del Evangelio le enseñaron a valorar la educación: la de la escuela, para sus hijos: varios llegaron a ser profesionales y todos están establecidos con trabajos dignos y apoyando la causa de los pobres. Y valoró mucho también la educación que ellos, los campesinos adultos, debían darse como ciudadanos y como cristianos. Todos los de su generación se dieron la oportunidad de participar en cursos de educación popular y de Biblia para el pueblo. En los Grupos del Evangelio y en los encuentros regionales y nacionales, vivenciaron lo que era educarse en comunidad, leer la vida, ver la realidad, juzgarla a la luz del Evangelio y actuar coherentemente.

Recuerdo especialmente una anécdota que a mí me reveló quién era Bernardo: para poder asistir a los cursos necesitaban hacer unos fondos para costearse los gastos de pasajes y participación. Pensaron en trabajar un terreno valdío, para sembrarla de café, cultivarlo entre todos y venderlo para “educación”. Lo conversaron con el P. Jaime Restrepo, y este les ayudó a ver que a Dios eso le debía gustar mucho, porque así se educaban en el trabajo comunitario, para ser mejores personas y mejores cristianos.

Entonces Bernardo le pregunta a Jaime: “Padre, entonces lo que usted nos quiere decir es que “sembrar café”, es una tarea “espiritual”?

Este hombre sabio, supo descubrir a Dios en la vida, aún en las situaciones complejas que debió afrontar.

Bernardo murió el pasado 17 de octubre. Escuchemos las palabras con las que lo despidió su hija Celina, quien es hoy maestra.

"PAPÁ…"

Hoy no celebramos tu muerte… hoy aunque estemos tristes, celebramos LA VIDA. Tu partida la consideramos como una mudanza a la casa eterna de Dios, a la que te adelantaste… con el permiso de mi mami, de todos mis hermanos, hermanas y familia en general.

Tus 93 años de VIDA fueron una muestra clara de luchas, esfuerzo, constancia, bondad, solidaridad, entrega desinteresada, trabajo, templanza, tesón, perdón, abnegación, perseverancia y modelo de papá.
Te has ganado el paraíso, allí no sentirás los rigores del calor del sol en el cañausal; no pasarás rabias con las mulas y caballos en época de arriería; no te alterarás ante lo que considerabas un desacato a la autoridad por parte de alguno de tus hijos… En ese Edén, gozarás de “un encuentro supremo, el más decisivo e íntimo con el Señor resucitado que da razón de ser a las fatigas, al cansancio, a la lucha y al sufrimiento humano.

En la memoria y el corazón de mi madre, de todos tus hijos e hijas, familiares en general y de todos los que tuvieron la dicha de conocerte y reconocerte , quedarán tatuadas con tinta indeleble, las jornadas de trabajo desde la madrugada hasta entrada la noche para poder conseguir el sustento para tu familia siempre numerosa; la participación activa, comprometida y desinteresada en la máquina panelera de la comunidad; las campañas de evangelización en las que participaste con el apoyo de sacerdotes y las hermanas de la Compañía de María, identificándote con ellos en principios de justicia, servicio, paz, libertad y cero explotación.

Recordaremos por siempre tu interés desmedido por el cuidado de la naturaleza y los recursos naturales, la participación en el trabajo de la parcela comunitaria y en los días de San Isidro. ¡Ah!, y como no traer a la memoria cada Semana Santa, ese trabajo minucioso y responsable para liderar la organización del Calvario y lo impecable que aparecías, cuando se trataba de bajar al Señor de la Cruz y colocarlo en el sepulcro.

Tus amigos que se daban cita donde Carlitos para compartir los juegos de azar, también sentirán tu partida.

Las gentes de las veredas te tendrán en un rinconcito de sus corazones, porque ellos no olvidarán tu participación desinteresada en los convites veredales.
A ejemplo de Jesús…cargaste algunas cruces….dificultades que con sabiduría y paciencia lograste superar.

Aunque apenas cursaste primero de primaria, aprendiste a leer y a hacer cuentas, sin el uso de calculadora…en eso nos aventajabas.

Papá: infinitas gracias por el maravilloso legado que hoy nos dejas a todos tus hijos e hijas, nietos, biznietos y familiares en general; todos nos sentimos orgullosos de haber sido premiados con tu presencia. Tu ejemplo, a la luz del evangelio, tu capacidad de servicio y de entrega desmedida, serán siempre referentes para todos.

Lo que hoy somos tus hijos e hijas, son la muestra viva de lo que sembraste a lo largo de tu vida tan fecunda.
Papi… por todo esto... INFINITAS GRACIAS!

Tu hija…

Celina Margarita Toro O

Bernardo es un testimonio vivo de los valores y virtudes de una persona de a pie.
 

Luz Eugenia Vallejo Villa, odn: diplomada en Teología por el Instituto Regina Mundi (Roma). Licenciada en Educación - Estudios Bíblicos - por la Universidad de Antioquia (Colombia).

 


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