Beatriz Acosta Mesa, Superiora General de la Compañía de María, participa como ponente en la XX Asamblea de CONFER en Madrid

En la segunda jornada de la Asamblea tuvo lugar la exposición de Beatriz Acosta “El camino intercongregacional, signo de los tiempos. Realidad y desafíos”.

12 -14 de noviembre | ODN

“… Para que el mundo crea” ha sido el lema de la XX Asamblea General de CONFER, celebrada en Madrid del 12 a 14 de noviembre de 2013. Para la elección de este lema, expresa el presidente Elías Royón en la inauguración, se tuvo muy presente la oración de Jesús al Padre y el deseo de que se hiciera realidad en el interior de la Iglesia y en las comunidades religiosas, siendo capaz de atraer la atención de nuestra sociedad, donde pudiera mirarse como ejemplo; aspirar a que se nos buscase como mediadores para resolver conflictos, como puentes, como pacificadores… hombres y mujeres de concordia… en una sociedad tan fracturada y tan necesitada de diálogo y mutua comprensión, donde la Iglesia fuera capaz de ser signo y fermento en la sociedad.

En este marco, en la segunda jornada de la Asamblea tuvo lugar la exposición de Beatriz Acosta “El camino intercongregacional, signo de los tiempos. Realidad y desafíos”, que desarrolló a través de cinco puntos:

1. EN NUESTRO ORIGEN OTROS NOMBRES…

2. EL CONCILIO VATICANO II, UN HITO FUNDAMENTAL EN EL CAMINO HACIA LA INTERRELACIÓN Y COMPLEMENTARIEDAD

3. UNIR FUERZAS PARA EL “MÁS” DE LA MISIÓN. EXPERIENCIAS PONEN DE MANIFIESTO EL CAMINAR CONJUNTO CON OTRAS CONGREGACIONES

4. APRENDIZAJES DEL CAMINO Y DESAFIOS

5. LO INTER: UNA PROFECIA PARA NUESTRO TIEMPO

Beatriz comenzaba la exposición haciendo referencia a las palabras de Dolores Aleixandre en una entrevista. Le preguntaban si la vida religiosa tiene futuro y decía: “estamos en un momento precioso ‘el de la poda’… Duele la disminución, el envejecimiento, pero a la vez nunca hemos estado la vida religiosa con más creatividad y con más proximidad unas de otras. La pobreza nos ha hecho más humanas. Nos ha bajado de ciertos pedestales, estábamos en una especie de burbuja, se ha caído y fluye ahora una cordialidad, una proximidad, una humildad…”. Le preguntaban también si a este camino habíamos llegado a la fuerza y expresaba “está bien que sea así... Al igual que Jesús, lo recoge el Evangelio de Marcos, hemos sido empujadas por las circunstancias y hemos hecho nuestro este camino”.

Y terminaba retomando de nuevo esas palabras, afirmando, después de fundamentarlo, que lo que expresa Dolores es algo que, en mayor o menor medida, constatamos cada Congregación. El Señor de la Vida, que se vale de lo que quiere y se comunica también como quiere, lo sigue haciendo hoy de una manera nueva a través de multitud de hombres y mujeres que hemos descubierto que nos necesitamos, y mucho, para seguir construyendo futuro desde los valores e intereses del Reino.

Mirado así, expresaba Beatriz, este momento de vida religiosa nos convierte en profetas humildes de un Dios cuyo deseo más profundo es hacer de este mundo una gran mesa redonda donde nadie sobra. Nos exige, como Congregaciones, hacer visible lo que nos une y mostrar cómo la diferencia puede ser riqueza; sumar fuerzas para, juntos, llegar a más y más lejos.

Para finalizar recordaba la petición que hizo el Papa Francisco a la Presidencia de la CLAR y que seguro nos hace también a nosotros y nosotras hoy: “Pongan todo su empeño en la comunión” para ser signo y fermento en nuestras sociedades, para seguir haciendo posible el sueño de Dios.